Las muelas del juicio o cordales son las últimas piezas dentales en salir, y lo suelen hacer entre los 17 y los 30 años.

En algunas personas el crecimiento de estas piezas dentales es inexistente o sólo aparecen de manera parcial, quedando cubiertas por las encías o el hueso. Son los conocidos cordales incluidos.

Si el espacio es insuficiente y las muelas solo salen parcialmente o no llegan a salir, es cuando nos planteamos su extracción para evitar problemas infecciosos y complicaciones mecánicas.

La extracción de la muela del juicio temprana evita complicaciones graves como las de dañar los dientes vecinos o los nervios faciales.

Es de vital importancia disponer  de una imagen tridimensional de la muela para poder realizar con éxito dicho tratamiento, así como estar en manos de un dentistas especializado (formado y con experiencia) para someterse a un tratamiento de extracción muela del juicio sin que se quede un trozo de raíz dentro del hueso y no haya dolor ni complicaciones.

La extracción de las muelas del juicio es una intervención habitual. Normalmente sin dolor y no suele tener más complicación que inflamación  de la zona, si es que ha sido una extracción con cirugía.

Ante una muela de juicio, el primer paso es decidir si es necesario o/y conveniente extraer la muela del juicio.

Una vez decidido la extracción de la muela del juicio hay que planificar como se va a extraer. Para dar este paso, se tienen que dar dos condiciones:

1. El dentista tiene que poder conocer cual es la anatomía de la muela, la posición, estructuras anatómicas cercanas, etc.
2. El dentista cirujano tiene que tener formación y experiencia para llevar a cabo la cirugía con éxito: extracción total de la muela con sus raíces, sin dolor y sin complicaciones añadidas (por ejemplo: lesión del nervio dentario inferior).